Iris

Mi amigo dice que le gustas, que podría quedarse toda la noche viéndote hablar, que le encanta hacerse el distraído para hacerte enojar. Dice que su sueño es saber como son tus carcajadas y como coloreas tus dibujos. 

¿Y si todo es parte de una enfermedad subconsciente? su mente no funciona del todo bien, nunca lo ha hecho. Primero pensábamos que era un superdotado, un adelantado a su tiempo. Pero parece que eran solo especulaciones. 

Me gustaría hablar contigo esta noche, igual que ayer, anteayer y el resto de los días que quedan. 

Aveces se siente baboso, como si hubiera un pulpo o un calamar vivo en mi boca, y de repente me hace cosquillas en el paladar con sus mil chupitas. Pero no como deseando salir, sino como quien se siente muy a gusto en su cama. 

También es como si tuviera una pitón en los pulmones, enrollada, larga y desordenada, una que me aprieta solo un poquito a la vez. Pero no me quiere matar, solo es su forma de abrazar, porque se que en el fondo me quiere. Por lo menos, yo a ella la quiero. 

Tele transportarme! -lo dijo con total convencimiento, sin detenerse ni un solo segundo a pensarlo. -Es más, ya tengo una lista preparada de lugares a los que iría en primer lugar: Chiloé, Valparaiso, Antofagasta, Copiapó, Illapel, Combarbalá, Olmué, Algarrobo, Catemu, Llaillay, Putaendo, Rancagua, Doñihue, Rengo, Pichilemu, ...

-¡Pero si esos lugares no los conoce ni Dios! ¿Porque ir allí?
-¿No te causan curiosidad esos nombres? Si hay una tierra digna de llamarse asi, ha de ser porque es hermosa. No creo que nadie se hubiera tomado la molestia de haber pensado nombres tan bonitos si no valiera la pena...


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