Agua, flores y barro
La menta y el perejil son más olorosos a las seis de la mañana. A
esa hora también es más oloroso el chocolate.
Pocos madrugan tanto un sábado, en su mayoría
juegan tenis en campos de arcilla o trotan saltando huecos y raíces en el
concreto, mientras que solo unos pocos se sientan expectantes con pasto en la
espalda y sol en la frente. Repisan y son Durmientes.
...
Una jauría de perros mojados y peludos se
revuelcan a medio día. No toleran el limón, ni el maíz, ni el plátano: tanta
felicidad puede causarles indigestión. En cambio, la chica del nombre de mes,
que mide y corta madera con una mano y una sonrisa, no puede sino mejorar la circulación
de aquel que la mire. De espaldas. De perfil. De frente. Con los ojos cerrados.
El reloj en su mano siempre marca las tres
en punto.
....
Los bloques de tierra compactada y los calentadores solares se ríen
entre ellos, se tiran agua, se mojan. Las ovejas y las vacas intuyen que algo
pasa, lo sienten en el ambiente. Puede ser una tormenta. Puede ser eléctrica.
Puede ser el verano. Puede ser un estrago.
Es una conexión cósmica y química entre seres, una colaboración
especial y extraña, atemporal y dinámica, son muchas manos quemándose con luces
ultravioletas, dedos que marcan metros y atornillan aglomerados industriales,
sanduches, ensaladas y aguas de jengibre. Puede ser.
No.
Es su pelo y son sus ojos
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