Empezar de nuevo

Por última vez, empecemos por el principio.

...

Cuando algo me ocurre y quiero comunicarlo, lo racionalizo. Lo abstraigo. Lo despojo de toda subjetividad y luego lo generalizo. 

Hoy no.

Hoy hablaré en primera persona.

He vivido y he reído, he sido feliz sin darme cuenta. He conocido el amor y, (des) afortunadamente, el desamor. He tenido sueños. 

También, sin estar mal, he caído en la rutina. Lo lamento, pero tengo que admitirlo de una vez. Es fácil, para mí, acostumbrarme . Es cómodo. Es una tarifa que pago con la vida. 

Me es fácil estar solo. Tanto así que aún estando con alguien, mi tendencia natural es a incorporarlo a mi habitualidad. Lo siento. Lo siento tanto... 

El ver a alguien cumplir un sueño me alegra, porque me hace sentir que pronto llegará mi turno. Y que me llegará mientras espero sentado en el sofá de mi habitación viendo el celular.

Hoy he decidido dejar de ser un cerebro. Que está de moda alabar la inteligencia, pero yo a partir de hoy me paso al bando de los cuerpos. De las acciones. De los impulsos y los instintos. El pensamiento ya no es mi mejor amigo. Lo lamento.

...

Ahora sí, a empezar por donde me plazca.

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