Pendular

La campana que no sonaba; las desbordadas ganas de no hacer nada; un jueves en la noche; las gotas de agua helada que se filtraban por la ventana cerrada.

La súbita visión de su existencia en un mal plano de cine, manifestada en tercera persona, tirada y tiritante, oscilando rítmicamente a merced de las corrientes de aire. Quien había sido alguna vez una fragante flor de primavera, ahora amarillenta y discreta.

Pero aún conservaba un sutil aroma a pasto cortado.



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