Parásitos de ojos azules

Insoportable el momento, insoportablemente pesado y denso. Es una invitación a abandonar y a tirar todo a la putísima mierda. Que se pudran los finales felices y los libros de auto ayuda, la psicología barata y los ingenuos. Hay que tener coraje y encarar: si o si. Nada de llanticos en silencio ni de tirarse en un rincón en la oscuridad. Ni hipocresía, eso tampoco.

Veletas, o blanco o negro, si o no, no mas ambigüedades sin sentido ni expectativas de mejoría, las cosas no mejoran por generación espontánea. Muerte a la pereza y la dejadez, a asomar la nariz desde la trinchera. Egoístas de culos fosforescentes, además indecisos y aprovechados. No mas vergüenza ni pena si no es para asumir, siempre de frente y no por costumbre, de rutina.

Y muerte a la tendencia de esconderse detrás de pantallas de brillo inmortal, siempre emitiendo luz, etéreas y abstractas. A tocar, a abrazar, a besar con ganas. A chocar las manos, a sentarse juntos, a mirarse a los ojos, A LOS OJOS. ¡Puta que no es difícil!

Mocosos y ojerosos, con acné y escuálidos, debiluchos enfermizos, tristes inseguros, peludos y olorosos, arrastrando los pies y mirando el suelo, de caras húmedas y de rodillas frágiles, se marean con facilidad y duermen mucho. Barrigones y secos, tímidos y abusivos, nerviosos. Hablan muy rápido y escuchan muy poco, parásitos de ojos azules.

Hoy es un buen día para mandarlo todo al ca ra jo.

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