Caminar

Somos dueños únicamente de nuestros pies.

Miramos sugestionados, nos reunimos de maneras fortuitas, nuestras compañías son colaterales. Nuestras manos están compradas para trabajar, nuestras bocas biológicamente obligadas a comer.
No podemos decidir no respirar, dejar de oler. Un ruido fuerte nos provoca espasmos involuntarios.

Decidir caminar es más subversivo de lo que parece.

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