Cattleya trianae

En el parque veo dientes de león secos y pequeñas florecillas amarillas. También hay eucaliptos y pinos candelabros, palmas, pasto. Toco las cortezas de los cauchos sabaneros y me imagino que trepo a los baobabs más grandes del mundo. En el parque no hay rosas, pero si una margarita y unos amagos de hongo venenoso.




En el parque hay una sola orquídea, una Cattleya. Imanta (mis) ojos, la luz se refracta en potentes arco iris dentro de mil gotas de rocío en su superficie, pero su espectáculo no opaca al resto de la vegetación que la rodea: Es armónica, su todo es más que la suma de sus partes.

Es una flor de Mayo, o de Mayis, que es lo mismo.

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