Un paso y un pensamiento

Podemos correr en la madrugada para dejar de escuchar las angustias de la noche. El dolor de un músculo cansado es más placentero que el del corazón arrugado.

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Resulta que los pies son un órgano sensorial sub-valorado, lo juro. Con ellos he sido capaz de sentir el suelo, oír la tierra y ver el barro. De conversar sin sonidos y de respirar bajo el agua.

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Los problemas me persiguen, pero en días como hoy, mis pies son más rápidos.