Huevos para la cacerola
"(...) Y cuando parecía que la noticia del paro era el moño de violencia que encerraba lo que había sido una protesta creativa y pacífica, sucedió el milagro: las cacerolas de miles de ciudadanos sonaron espontáneamente por toda la ciudad y arruinaron el deseo de los vándalos, la calma del Gobierno y los huevos del desayuno de media Colombia.
Me dejé contagiar por el reclamo ciudadano. No me importaba que el anunciado helicóptero de la policía sobrevolara mi casa y, ayudado por la cámara de reconocimiento facial, me individualizara como un vándalo de los trastes; tampoco que las autoridades allanaran mi casa y procedieran con una incautación de cacerolas que nos dejara sin loza (...)
Entonces nos sumamos ambos a la noche más rara y emocionante de la historia reciente de Colombia: la noche en que con unas cacerolas le mostramos al Gobierno que nos sobran huevos. Y que nos tiene fritos.
Al día siguiente desayunamos cereal".
-Daniel Samper Ospina
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