A la orden

Siempre que voy camino a mi casa, mis pies dan pasos mecánicamente. Ya no siento el cansancio, pues es un mero tramite diario al que me acostumbre. Y en el recorrido, de menos de quince minutos,miro miles de caras, todas tan fascinantes, todas tan repetidas.

En estos días descubrí algo que rompió la rutina. Seguro es el acontecimiento mas insignificante del mundo, y es curioso como algo tan ajeno, tan aparentemente insustancial, me sacudió y me devolvió a un presente que había desaparecido en la absurda repetición de imágenes cotidianas.

Allí esta todos los días, en las mañanas y en las tardes, en un pequeño cilindro de metal en el que exhibe paquetes de papas y cajas de chicles.
-"A la orden"

No se porque me sigue impactando su frase, aun cuando hace semanas la escucho. Y no se, tal vez hay situaciones que escapan del molde, que no tienen razón de ser, como un bug en el sistema.

Un día de estos, ya lo decidí, le comprare cualquier cosa, solo para corresponderle la frase con un "muchas gracias". Y de seguro no sera el momento mas trascendental en la historia de la humanidad, y probablemente para ella no sera mas que una venta mas en un día como cualquier otro. Pero para mi sera como tentar el destino. No esta demás indagar en como funciona esto de las situaciones irracionales que parten de algo tan irrisorio como una frase de cortesía.


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