De ida y vuelta
El paraíso existe, yo he estado ahí. Es una mezcla
exacta, precisa y única de tiempo, espacio y gente. Un oasis en medio de la
rutina.
Un contraste
brusco de contexto, cielos mas limpios, lluvias mas sonoras, grillos, noches cálidas,
el viento en la cara, el bullicio de una fiesta de sordos, harina, calles
destapadas, piedritas en los zapatos (zapatos rotos, por supuesto), sudor,
lunas brillantes, correos, siestas en la tarde, una casita llena de cuadros, películas
de aliens.
Corazones
sencillos que desayunan almuerzan y comen con la bulla de una lora que se llama
paca, un artista que pinta al oleo, una madre con los pies cansados, un chef
que cocina tortitas de bocadillo y un amigo, UN VERDADERO AMIGO.
He estado tan
feliz que lloro. Los amo. Y ya me hacen mucha falta.
:´)
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