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Tiene una gran papada. Es bastante alto y de contextura robusta, debe tener unos cincuenta años. Usa unas gafas Ray-Ban negras y casi nunca mira a los ojos cuando habla. Sus palabras son muy lentas y tiende a ser muy repetitivo, aburrido. Y es muy pedante.

"Usted me genera muchas dudas" me dijo. "Su proyecto es pobrecito. Pobrecito."

Nos están domando. Ya casi no hay pastitos rebeldes, todos han sido podados al ras. Sé que casi nunca tengo la razón, pero me parece que arriesgarse y fracasar tiene mas merito que repetir y copiar. Por eso me perturban los profesores dogmáticos y despóticos que desprecian las ideas que no vienen de un libro de hace 50 años, que ignoran los pensamientos y que se regocijan cuando sus alumnos se convierten en cajitas de resonancia que mascan y escupen opiniones prefabricadas.

La universidad se esta convirtiendo en una especie de religión: Todo es o bueno, correcto y aceptado o es malo, errado y negado. Se satanizan las ideas subversivas, o peor aun, SE RIDICULIZAN.

El mundo es mucho mas ancho que una pizarra.

Estoy totalmente convencido de que yo tengo algo que decir, que mas da si es algo bueno o malo. Y a la mierda si pierdo una materia, o dos. A la putísima mierda. Seré lo que yo quiera.

Al lector: Reflexione. El peor obstáculo para el libre desarrollo no es quien lo prohíbe, sino quien se deja inhibir. Lo que usted piensa es valiosísimo, más de lo que nos quieren hacer creer. Demuéstreles que están equivocados, que usted no es un numero, que su filosofía es igual de valida que la de un tal Platón o un tal Nietzsche. Que usted no será bueno o malo, que usted existe.