Epílogo, o el arte de no saber decir adiós (II)

3.

INERCIA
Del lat. Inertia. 'Indolencia', 'inacción'.
1. f. Fís. Propiedad de los cuerpos de mantener su estado de reposo o movimiento si no es por la acción de una fuerza.


Hay varios tipos de inercia. Entre ellas está la “inercia térmica”, que es la facilidad o dificultad que tiene un material para cambiar su temperatura en la medida en que entra en contacto con otro material y a otra temperatura. La temperatura (que es la cantidad de energía cinética que poseen los átomos de un determinado sistema) se intercambia entre ambos elementos hasta lograr una suerte de “equilibrio térmico”. Este intercambio se produce hasta que ambos materiales posean la misma temperatura, momento en el que efectivamente termina el intercambio energético.

En la teoría de la termodinámica y en particular para el caso de la inercia térmica, se establece que cada elemento, compuesto y, en general, cada material, tiene una serie de propiedades que definen su capacidad de transmitir y absorber la energía cinética (estas propiedades se llaman conductividad térmica y capacidad calórica, respectivamente). Estas son las variables fundamentales que definen el valor final de la inercia térmica.

Nadie sabe cómo acabará, si es que alguna vez se acaba, el universo. Hay quienes proponen que el universo puede acabar en una “muerte térmica”. Esto es, cuando toda la energía del universo se encuentra repartida en el espacio de manera absolutamente homogénea. Es en ese momento en el que se puede establecer que el universo ha alcanzado su nivel máximo de entropía (o el estado de configuración más probable de todos los átomos del universo, el cual se asemeja bastante a lo que nosotros entendemos como “desorden”). Ya no sería posible ningún tipo de intercambio energético, no existiría ningún flujo de naturaleza térmica.

También hay otro tipo de inercia: La “inercia mecánica”. Esta inercia hace referencia a la facilidad o dificultad que tiene un cuerpo para cambiar su estado, ya sea este de movimiento o de reposo relativos. Se indica que son relativos, pues el “reposo” solo es aparente según un marco de referencia dado [1]. Esta inercia depende de fuerzas aplicadas sobre los cuerpos estudiados, así como de la masa misma del cuerpo. Se asume de manera general que, entre más masa posee un cuerpo, más difícil es lograr un cambio en el estado relativo del cuerpo.

Perdón por toda la carreta científica. No soy yo profesor, y no es usted mi alumna. Pero es que esta mañana estuve pensando en el cosmos, en el infinito, y en las invisibles razones que pudiesen describir de alguna manera como es que algo que parecía tan grande pudo volverse tan rápido, tan poco. Y no se si me da miedo descubrir la razón.

¿Que prefiero? ¿Llegar a la conclusión de que nos morimos de frio entrópico, o sabernos poseedores de una absoluta falta de masa?


[1] Por ejemplo, una roca puede estar en reposo para un observador que se encuentre ubicado en la superficie terrestre, mientras que para un astronauta, la roca se estaría moviendo a aproximadamente mil seiscientos kilómetros por hora (velocidad correspondiente a la velocidad de rotación del planeta). A su vez, para alguien por fuera del sistema solar, la roca se estaría moviendo a veintinueve punto ocho kilómetros por segundo adicionales (correspondientes a la velocidad de traslación de la tierra). De allí se deriva que el reposo sea relativo, siempre según el sistema de referencia.



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