Hay una ventana en mi casa

Una ventana muy grande que no se puede limpiar por la cara exterior. Las partículas que se adhieren a esta superficie dan la impresión de que esta lloviendo.
La ventana da un arbolote muy grande muy verde y hacia el occidente. Por las tardes, cuando el sol se esconde, los rayos del sol se abren paso entre las hojas y se reflejan en una mesita de cristal. El prisma crea un arco iris en mi sala.
Por las mañanas hace mucho frio y es un poco oscuro.
Todo el tiempo hay murmullos de carros y motos. Eventualmente hay sonidos como martillazos o ladridos de perros. Y gritos. Y pólvora.
Pasan los aviones, pero solo se distinguen en la noche cuando sus luces titilan. Y se pierden detrás del arbolote, y no los vuelvo a ver salir.

Toda mi vida había visto la ventana,
parte de la rutina. 19 años y siempre ha 
estado allí, todos los días. Solo hasta el
día de hoy, con 200 trabajos para mañana,
 he reparado en ella. Me indigna. Voy a redescubrir
al mundo.
  

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