Cartagena (VI): Epílogo

La lluvia y el viento helado me traen (y no amablemente) a la realidad. Llueve afuera y llueve adentro. Otra vez se ven las montañas y los rascacielos, los interiores de los buses y las nubes. Se vive por no morir.

El electrocardiograma está tal vez en su pico más bajo: No han muerto todas las posibilidades, esto esta claro. Pero ha muerto la más grande que nunca he tenido y que tal vez nunca tendré. En este punto se divide el curso del universo, A o B, la luz y la sombra. La (¿i?)realidad es muy clara, es evidente cual es el paso a seguir. El sueño y el hambre terminan de confirmar mis sospechas. ¿Vale la pena volver a intentar?

-"No", dice el cielo mientras la tierra asiente de manera silenciosa. Entonces, la decisión está tomada.

...

Si, lo voy a volver a intentar. El electrocardiograma vuelve a estabilizarse. Pero se que es cuestión de tiempo para que todo el ciclo se repita. De eso se trata vivir,

 ¿No?




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