Mi inicio y mi probable final

Eventualmente va a explotar, y los trozos incendiarios que expulse desde su cuerpo serán como misiles atómicos perforando planetas y almas. Entonces todos dirán, ¿Porque no hicimos nada al respecto?

Pareciese que toda la potencia de un sol, la efervescencia de un millón de volcanes y la tensión de mil rayos estuvieran todas contenidas por una delgada capa de barniz, un fino esmalte semi-translucido a punto de colapsar, esperando por el estímulo exacto que detonará su alma y, por proximidad, la vida de todos a su alrededor. Esperarla a ella es jugar con fuego, como la ruleta rusa, la lotería de una supernova, un big bang, el apocalipsis. 

Su esencia es por naturaleza inestable. La impaciencia y la ansiedad me ganan; quiero acariciarla aunque presiento lo que ocurrirá en cuanto toque con mi dedo a ese ser: Dedo carbonizado, mano en los huesos. 


No quiero ni pensar en los desastres que ocurrirían con un solo beso suyo.


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