Maja (V)

Ella es un suelo fértil. Los pensamientos que se siembran en ella se arraigan con facilidad y florecen de las maneras más bellas. Es, de cierta manera, víctima de las emergencias, los accidentes y las circunstancias espontáneas. Pero es precisamente este caos el mejor abono para su alma.

En las fibras que se extienden de sus manos y de sus dedos crece una especie única de cactus, una de espinas retractiles y que manipula a voluntad. No posee veneno, solo una substancia levemente soporífera. Orgánica. 

Pero da la impresión de tener un corazón blandito. 




Y si el día esta nublado, 
ella misma hace las veces de sol.

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