Por si le robo una sonrisa
Escribir una carta termina siendo una manera sutil de elogiar a un par de ojos, y no necesariamente solo por el color de su iris. Puede ser el tamaño de sus pupilas, las venitas en su esclerótica, la curvatura de sus pestañas o , en el mejor de los casos, al reflejo hipnótico que produce el brillo de su alma.
"Tenía unos ojos tan bonitos, que sólo se me ocurrió regalarle un libro."
-Julieta Solincée
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